El concepto fue en torno a nuestro diseño Machu Picchu, inspirado en la misteriosa naturaleza de América del Sur, rodeado por un refugio exuberante preparado para despertar sensaciones a través de los 5 sentidos y sorprender a los visitantes con una evocación a las zonas andinas.
Creamos una “Estantería de los sentidos” proponiendo a las personas elegir entre 6 escenas vinculadas a los diferentes empapelados escénicos. Mientras podían sentir de un cuenco de coco el perfume que se vincula sensorialmente a cada paisaje, desplegando de pequeños cajones, minúsculas versiones de los empapelados, regalándoles efímeros instantes de conexión con la naturaleza.